Como cada 24 de enero, se celebra el Día Internacional de la Educación. En SUMMA, todos los días del año trabajamos incansablemente para impulsar la justicia social mediante la promoción del derecho a la educación, con especial atención hacia los grupos más desaventajados e históricamente excluidos de la sociedad. Además, en este día, alentamos a reflexionar sobre los desafíos y prioridades para la educación en este año que recién comienza.
En ese sentido, identificamos siete desafíos prioritarios que surgen del estudio regional “La Voz Docente”, en el que participaron 200 mil docentes de 21 países de América Latina y el Caribe:
- La recuperación de aprendizajes debe ocupar un lugar central, especialmente de niños, niñas y adolescentes que durante la pandemia quedaron más vulnerados y excluidos del sistema escolar, aprovechando los aprendizajes que aporta la evidencia internacional. En esta línea, se requiere atender los numerosos casos de exclusión escolar reportados durante el período del cierre de escuelas, ante los cuales se tendrán que generar mecanismos de retención y reinserción escolar.
- Es necesario fortalecer los mecanismos de apoyo y acompañamiento pedagógico a las escuelas y sus equipos docentes y directivos. Con respecto al desarrollo profesional docente, es necesario avanzar hacia una mayor diversificación de ofertas de formación de calidad.
- Se debe prestar especial atención al cuidado y bienestar de las comunidades escolares, especialmente en su dimensión socioemocional. Es urgente avanzar en políticas educativas de cuidado y formación socioemocional permanente que
- abarquen los distintos aspectos de la vida escolar.
- Los sistemas educativos deberán incorporar a la tecnología como herramienta complementaria en los procesos de enseñanza-aprendizaje y formación docente. Resulta clave resolver la brecha digital existente que perjudica a los estudiantes más vulnerables.
- Se debe fortalecer una perspectiva de evaluación formativa a nivel de políticas y a nivel de aula. También es necesario generar un mejor equilibrio entre evaluación y apoyo, brindando herramientas de retroalimentación formativa a los docentes y escuelas.
- Habrá que resguardar el derecho a la educación, aumentando y sosteniendo el gasto público en educación y su uso eficiente. Resulta fundamental invertir con una mirada estratégica que considere la experiencia internacional, por ejemplo, respecto a prácticas pedagógicas e innovaciones basadas en evidencia. Esto permitiría una inversión pública mejor informada y una priorización más efectiva y eficiente de los esfuerzos.
- Es necesario generar un ecosistema de innovación y colaboración para fortalecer una educación más justa e inclusiva en Latinoamérica y el Caribe. A nivel de sistemas educativos, se recomienda establecer un diálogo virtuoso entre países, y fomentar espacios regionales entre los Ministerios de Educación, universidades, centros de estudios, escuelas y otros actores relevantes del ecosistema educativo.