En el contexto de propagación global del COVID-19 (con la correspondiente recomendación de cuarentena como acción preventiva) desde SUMMA (Laboratorio de Investigación e Innovación en Educación para América Latina y el Caribe) nos parece importante remarcar la importancia que pueden asumir las tecnologías y recursos digitales disponibles como herramientas para complementar los procesos pedagógicos y así potenciar el aprendizaje a distancia.
Foto: Universia Argentina
La investigación tanto a nivel nivel mundial como en América Latina muestran que las tecnologías digitales están asociadas con resultados positivos en el aprendizaje cuando éstas son incorporadas de forma adecuada al proceso pedagógico. Lo que muestra la evidencia es que no son las tecnologías en sí mismas, sino el modo en que son incorporadas a los procesos de enseñanza y aprendizaje las que mejoran el desempeño académico de los estudiantes.
Las tecnologías digitales se reconocen como una herramienta innovadora que contribuye de manera positiva no sólo en el aprendizaje de las y los estudiantes, sino que también hace más atractivo el proceso de enseñanza. Se argumenta que su implementación debe ir acompañada de una formación pedagógica pertinente para generar resultados positivos.
Más información de esta herramienta, a continuación: https://www.summaedu.org/tecnologias-digitales/
¿Qué es la Plataforma de Prácticas Educativas Efectivas (PPEE)?
La PPEE una síntesis de las mejores prácticas pedagógicas internacionales a nivel escolar. La plataforma recoge el trabajo realizado en alianza con Education Endowment Foundation (EEF), referente inglés en la temática. El trabajo integra más de 10.000 estudios individuales reunidos en más de 200 meta-análisis a nivel global.
El objetivo de la Plataforma Plataforma de Prácticas Educativas Efectivas es transformar las prácticas de enseñanza en el aula para mejorar la calidad, la equidad y la inclusión de los sistemas educativos en América Latina y a nivel mundial. En este sentido, el proyecto busca mejorar la eficiencia del gasto en educación, y también apoyar de una mejor manera a los hacedores de políticas, profesores y otros actores claves de la comunidad escolar de América Latina, ayudándolos a focalizar sus esfuerzos en aquellas prácticas en que la evidencia científica mundial ha demostrado su efectividad.
